La figura del vampiro a sido por años una metáfora sobre la corrupción de la humanidad. Su trascendencia debe mucho a toda la carga cultural sobre el pecado y la maldad, pues fue uno de los primeros monstruos modernos en tomar la apariencia humana sin ser mortal, planteando esta manera que las apariencias pueden engañar y que incluso teniendo apariencia humana (hermosa en la mayoría de ocasiones), pueden realizar acciones crueles, pensamientos malignos y comportamientos terribles.

Al principio se le planteaba como un personaje cuyo propósito principal radicaba en su necesidad de alimentarse de sangre, lo cual lo llevaría a utilizar diversas tácticas y medios para conseguirlo, muchas veces por medio de acciones reprobables; sin embargo, con el paso del tiempo la imagen de esta criatura se fue refinando, respetando sus características principales, pero brindándole de un pensamiento más critico y analítico, que muchas veces desembocaba en la creación de personajes vampíricos con grandes conflictos existenciales y filosóficos.
¿Los Alucards?
Aunque todo lo anterior parezca un poco repetitivo o incluso rebuscado, lo cierto es que esta información es la base que puede ayudarnos a apreciar el trasfondo de dos de los vampiros más icónicos de la animación: los Alucards, cuyos fans han dibujado en múltiples ocasiones juntos, sin saber que el sólo hecho de estar juntos, representa más que un crossover épico.
En Hellsing, Alucard es el mismísimo Drácula, domado y reformado por la organización Hellsing para combatir fuerzas sobrenaturales. En Castlevania, Alucard es el hijo mestizo de Drácula y una humana, que lucha por defender a la humanidad incluso si eso significa destruir a su propio padre. Ambos personajes encarnan el poder, el tormento y la complejidad moral de lo que significa ser una criatura de la noche. Si ambos se encontraran al chocar sus mundos, podrían tener un conflicto ideológico inmediato.

Alucard de Castlevania
El Alucard de Castlevania vería al de Hellsing como un monstruo que perdió su humanidad por completo, mientras que el de Hellsing consideraría a su contraparte una versión débil y sentimental.Aunque nada nos asegura que pudieran llevarse bien, lo cierto es que sentirían curiosidad el uno por el otro. Ambos podrían intentar entender un poco las motivaciones del otro para existir antes de proceder de manera positiva o para tener un combate a muerte o algo similar.
En internet hay un debate muy férreo sobre cuál de los Alucards sería el vencedor en un combate, que sin dudas sería un gran espectáculo, sin embargo, en lo personal me gustan los fanarts cuyas presencias parecen ser dos caras de la misma moneda sin caer en el enfrentamiento físico. Ambos son la representación de la moralidad corrupta, pro vista desde dos puntos diferentes, que irónicamente no están unidos por la obscuridad de su naturaleza propia, sino de la desesperanza de ambos, un recordatorio de su estado de “no vivos” en un mundo que no les pertenece y del que, sin embargo, no pueden alegrarse.